El Edificio Granié es el resultado de una rehabilitación integral que pone en valor su identidad arquitectónica original, proyectada en 1888 por el arquitecto modernista Julio Bravo. La intervención respeta y realza la esencia del edificio, declarado catalogado, manteniendo elementos como la cerámica de Muel, la barandilla original o los ornamentos del zaguán, que ahora conviven con un lenguaje contemporáneo. La actuación mejora la eficiencia energética, la accesibilidad y el confort de las nuevas viviendas, integrando criterios sostenibles sin renunciar al carácter del inmueble. Se conservan las proporciones y líneas modernistas de la fachada, reinterpretadas desde una mirada actual. Esta transformación no solo actualiza un edificio histórico, sino que lo proyecta hacia el futuro, convirtiéndolo en un modelo de renovación responsable, funcional y estéticamente coherente con su entorno.